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"El Gran Espíritu nos dio esta tierra y aquí estamos en casa. No quiero que roben a mi pueblo...quiero que todos sepan que estoy en contra de cualquier venta de nuestra tierra".

martes, 17 de enero de 2017

De acompañante en CAZA SELECTIVA DE REBECA



Relato escrito por el cazador; (yo de acompañante filmando la experiencia)

"Salimos pronto de casa, llegando a Balboa (León),  pequeño pueblo cercano a Villafranca del Bierzo, a la hora de la comida. Comimos en una palloza que es un restaurante, donde la comida es abundante y contundente, en concreto comimos de primero, arroz con botillo, un embutido tradicional de costilla y rabo de cerdo con ajo y pimentón cuyos orígenes son romanos, luego codillo y de postre flan de castaña, fruto este con denominación de origen propia y con una feria anual que se celebra en noviembre y que es considerada una referencia para el sector.

Vimos algunas pallozas, todas ellas reformadas y por la tarde llegamos a Villafranca. Después de dar un paseo por el pueblo, visitamos Las Médulas, que francamente nos gustó y mucho. Es el típico sitio que quieres ver pero por distintas causas nunca vas. Mereció la pena.

Por la noche cenamos en la casa de unos familiares en Puente Domingo Flores, regresando al hotel a eso de las 12:00 pm.

 

A las 6 arriba, desayunar, coger el coche y por una carretera de montaña mala entre las malas y durante 20 Km. llegamos a Villar de Acero que es donde habíamos quedado con el guarda, de nombre Fernando Alonso. Después de las presentaciones y de mostrarle el permiso y licencia subimos en su vehículo y pista arriba.

Realizamos el recorrido totalmente de noche y llegamos a la cumbre cuando amanecía. Justo en el momento de llegar vimos una rebeca con un cuerno roto, la hicimos la entrada pero se nos escapó. Luego vimos varios machos y seguimos andando un buen rato por todo el cordel, desde donde observamos a más de medio kilómetro, un rebaño de solo hembras. Las entramos pero nos detectaron, y a pesar de querer cortarles el camino, no las llegamos a ver. Eso sí, el sitio donde las estuvimos esperándolas valió la pena.

A la vista de esto y viendo que no aparecían nos pusimos en marcha, cambiando de lugar. Nos dirigimos a un valle, donde Fernando me dijo que tenía localizado unas cuantas. Y así fue. Al verlas me pidió que me acercarse y que tirase a una determinada. Pero no sé, y yo soy de los que no me gusta justificarme, si por el sitio donde estaba, el pie izquierdo le tenía sobre unos brezos y debajo de estos no había nada, es decir el barranco, o porque puse muchos aumentos al visor, el rifle es un monotiro y el visor un Zeiss con diez y seis  aumentos como máximo, yo le puse doce, el asunto es que tiré y fallé. Estarían según el guarda a unos 180 metros.

Bueno, pues a empezar de nuevo, pero cuando no habríamos andado ni cuatrocientos metros, Fernando se tiró al suelo, reptó hasta el borde del cordel y justo enfrente teníamos  a otro rebaño, al menos había cuatro hembras. Me dijo que tirase a la del enmedio, yo le contesté que mejor, al menos así me parecía, a la debajo de todo, estaba más cerca y era más grande y encima la señalada por él se estaba alejando, me dijo que no, así que apunté, baje el número de aumentos, me apoyé bien, tiré y cayó. El tiro en el codillo.

Bueno yo super contento,  pero el guarda me dijo que no me felicitaba hasta que no estuviésemos haciéndonos las fotos, pues no sea que la rebeca se escapase. Yo no lo entendía, estaba el animal a unos 200 metros tendida, pero en fin si él es así, ya me felicitará, pensé.
  
El primero que llegó fue Fernando, y al ver la pieza  murmuró, que se había equivocado, era un macho. Al hombre se le cambió la cara, le tuvimos que animar, le regalé una pulsera que llevaba, yo nunca las llevo pero esta era distinta, ya que era una pulsera que se desenreda  y se forma una cuerda de diez metros. Al rebeco  para hacerle las fotos le tuvimos que mover hacia otro lugar. Llamó a la dirección de la Reserva, a contar lo que había pasado. Se solucionó el tema.

El rebeco no es de calidad,  los cuernos median dieciseis centímetros de altura.

A la una de tarde llegamos a Villar de Acero,(pertenece a Villafranca del Bierzo y tiene solo 55 habitantes, los cuales todavía conservan el habla propia de estas tierras); durante el camino que anteriormente hicimos de noche ahora lo estábamos viendo en su plenitud, era majestuoso, ¡que montañas!, ¡que laderas! Pasamos cerca de Campo del Agua, donde aún se conservan varias pallozas. Al llegar al pueblo nos despedimos y después de comer en Villafranca cogimos la autopista llegando a casa a eso de las siete de la tarde"

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