Travesia realizada el dia 17 de febrero con restos de una gran nevada por lo que el camino presentaba nieve dura y un paisaje al principio tenebroso que según fue avanzando la mañana dio lugar a un dia explendido.
El objetivo era ver en persona, por primera vez para nosotros, el famoso salto del Rio Nervión una espectacular“cascada” de 222 metros de altitud, de las más altas de Europa, que solo puede observarse unos pocos meses al años, finales de invierno y principio de primavera, es decir, en la época anual de más lluvias y deshielo.
Pero también nos topamos con dos loberas, una en el trayecto de ida y otra en el de vuelta. De la primera no recogi el waypoint pero si lo hice con la segunda. En cualquier caso no tienen perdida.
Se llega a ella por el puerto de Orduña y una vez traspasado y en dirección a Berberana (Burgos) a la izquierda hay un parking donde dejamos el coche y nos internamos en la pista.
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El objetivo era ver en persona, por primera vez para nosotros, el famoso salto del Rio Nervión una espectacular“cascada” de 222 metros de altitud, de las más altas de Europa, que solo puede observarse unos pocos meses al años, finales de invierno y principio de primavera, es decir, en la época anual de más lluvias y deshielo.
Pero también nos topamos con dos loberas, una en el trayecto de ida y otra en el de vuelta. De la primera no recogi el waypoint pero si lo hice con la segunda. En cualquier caso no tienen perdida.
El lobo
se extinguió en Euskadi, en la década del año cincuenta del siglo pasado, si
bien todavía en 1962 se cazó un ejemplar en el municipio encartado de Truzios.
Esta desaparición coincidió con el declive de la especie en la Península
Ibérica, provocada por la persecución por parte del hombre, al ser considerado
como una alimaña, en la que no existía veda para la especie.
Unos
años más tarde, hacia los 70, se empieza a notar una lenta pero progresiva
recuperación de la población lobuna, especialmente en el tercio norte
peninsular y que es debida a una serie de factores entre los que destaca el abandono de los núcleos rurales
que propicia la regeneración de la vegetación natural y con ella el incremento
de especies básicas para el lobo, como son el jabalí y el corzo y en menor
medida, el ciervo. También la consideración del lobo como especie cazable hizo
que se respetase su veda.
A finales
de los años 80, se empiezan a observar lobos
en Euskadi. En concreto en la zona
occidental de Las Encartaciones, llegando hasta el monte Eretza y en los Valles
de Aiala, Valdegobia, Orduña, Baranbio… en Araba. Estas observaciones tímidas al
principio, se han incrementado de forma notable en los últimos años.
Hoy en
día, podemos señalar que hay un asentamiento estable de la especie en las
comarca anteriormente citadas, en incluso parece (?) que se ha detectado su
presencia en zonas limítrofes de Gipuzkoa con Nafarroa. El último estudio
estima una población mínima de 24 lobos en
posiblemente cuatro grupos familiares, repartidos en un área de 2.700 km2, y
donde se incluyen terrenos de Burgos, Cantabria, Bizkaia y Álava. No olvidemos
que el lobo como todas las especies salvajes no conoce de fronteras. En lo que
se refiere a Castilla-León hay una población de unas 160 manadas compuesta por
una media de 6 miembros de los cuales el 14% se distribuye por Burgos y principalmente
en la comarca de Las Merindades.
Volviendo al tema de las "loberas", imaginémonos que estamos en
un época, no muy lejana, que la única forma de vida es la agrícola-ganadera,
donde el comer carne era un lujo alejado de la mayoría de la población, los pastores dueños de sus pequeños
rebaños, empleaban la lana, la leche y la carne de los corderos para poder
subsistir y todo ello en un clima frio y húmedo como es el Monte Santiago o
como son muchas zonas del norte peninsular. Pues bien, de pronto aparece el
LOBO y termina con la única fuente de vida, no olvidemos, que esa época no existían
ni seguros ni subsidios. Entonces, el pastor tiene que pensar una forma de
terminar con su enemigo y es mediante loberas. Estas eran unas construcciones
realizadas en las zonas más querenciosas, consistentes en unas tapias
longitudinales de piedra, de un casi un centenar de longitud y que convergían
en una fosa donde los batidores iban
empujando al lobo, el cual presa del pánico caía donde era rematado. Si el trato con animales domésticos ya es difícil,
poder manejar con habilidad a un
animal salvaje como el lobo, esto ya es casi imposible, y los resultados serían
escasos.
En el
monte Santiago hay dos loberas, estamos ante una construcción típica del norte peninsular
(Galicia, Zamora…) y donde la existencia de lobos era abundante y la economía
familiar era de escasos recursos, donde era necesario la existencia de toda un
población humana para poder realizar este trabajo: localizar a los lobos,
rodearlos, empujarlos hacia la lobera, cercarlos… y una vez realizado esto, que
no se escapasen.
Hoy las loberas solo
están como reclamo turístico y el lobo sigue afortunadamente viviendo en el
monte Santiago.
Dificultad técnica: Fácil
Tiempo: 2 horas 59 minutos